Cánceres

Reconozco que hoy me he deprimido bastante, para variar. Y es que veo como el cáncer se lleva a mi pequeña Spooky, que aunque en tratamiento, sé que no sobrevivirá mucho tiempo. A la par, he visto como el cáncer humano va devorando nuestro camino, nuestro paisaje diario, la maquia de Perth, el bosquecillo en que paseamos. Esas máquinas que no paran de eliminar arbolillos, arbustos y cualquier otra planta para contruir más y más casas. Es descorazonador ver que cada vez hay más zonas áridas cuando antes era una zona verde. Es como una cicatriz que se expande, como la Nada de La historia interminable que no para de crecer, como un cáncer. Compruebo con horror ese drama que a nadie parece importar, los lagartos, serpientes e incluso canguros chafados por las máquinas, los arbolillos arrasados, acumulados en las cunetas...Como digo, un cáncer. Un cáncer similar que se ha instalado en el inocente cuerpecito de Spooky y que me la acabará arrebatando aunque luche para evitarlo. Y es como una competición entre estos dos males para ver qué destruye antes. Simplemente, un día me voy a encontrar sin bosquecillo y sin mi Spooky. Y todos esos paseos que hemos hecho juntas, todos esos buenos ratos que hemos compartido en esos paisajes se lo llevará el viento. Por qué todo en la vida tiene que ser tan efímero? Es como si todo lo que amara se escurriera entre mis dedos como los granos de arena. Al final todo será un melancólico recuerdo, una triste elegía, un tiempo pasado que se acumulará en mi memoria como algo más que perdí por el camino de la vida. Un vacío muy hondo en mi corazón.